Una cosa que no cambia es que los DDHH siguen siendo objeto de los discursos más insospechados como excusa para defenderlos, sea con la literatura, la música, la pintura, la escultura, como también que en ellos se inviertan una desproporción insuperable de medios que siempre es inferior a la que se menciona. Comprendo la furia del artista, pero aún más la de aquellos que están hartos del casposeo que existe en Occidente, en nombre de la ayuda a la transformación dalgo que sólo tiene lugar de respeto en el discursos, y ni eso a veces, que son los DDHH (Derechos Humanos) CM
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