La boda ya es un acto jurídico y social repleto de condicionantes en el cualquier parte y cultura del planeta. Que me digan a mí que no. En unos es más notorio, incluso arcaico y en otros más secularizado, maquillado y aparentemente libre..como el mercado matrimonial se presente. Lo cierto es que las sociedades poseen reglas que se ajustan o desajustan más en relación a otros parámetros que los sentimientos tan exaltados...está más en vínculo con el precio de la vivienda, la transmisión de bienes y su circulación en el mismo grupo social, subida o bajada de flujos migratorios, natalidad que golpean la puerta de la pareja sin que esta pueda cerrarla, aunque crea que lo hace.
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Una película inglesa, muy ilustrativa de esto es, Oriente es Oriente en la que UK, recibiendo antes que España a la gente del Punjab puede mostrar con extrema claridad estas tensiones que no son sólo étnicas.
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El artículo es interesante pues nos habla también de África (El precio de la novia) , pero la mirada que analiza con seriedad, aunque no posea una lente científico social, sabe que la utilización de estas noticias, más en estos momentos, son una forma solapada de hacernos creer que somos más libres en Occidente. y esta es "gente atrasada"...cuando sabemos, a ciencia cierta, que casarse representa toda una transformación, no sólo ritual de quienes entran en tal elección.
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No me sorprende el síntoma del Varón en Fuga (ver Rosa Pereda) o de las chicas que alargan cada vez más los estudios, viajes, etc, la fobia!. El esquema de "para toda la vida" , contra -natura, más aún cuando la gente vive hasta los 90 años..se convierte en un record Guiness, una presión que atenaza las verdaderas elecciones del deseo.
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Pero Occidente es extremo, y más el sur. O toda la vida o la promiscuidad, la disociación afectiva y la ausencia de sentimientos y compromiso.Todavía pensamos en toda la vida pero la realidad está organizada para que no, y ahí en el medio todos estamos tironeados sin referentes con el peso de modelos anacrónicos TODOS/AS pero con muchos discursos vacíos.
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En las sociedades Quechuas y Aymaras, existía, y subsiste en el sincretismo religioso práctico de cada día (se sabe cuando se hace la indagación etnográfica), el SALVANAKUY. Una institución matrimonial como ensayo que en la comunidad los jóvenes podían estar juntos cuatro años y hasta tener hijos. Pero si la cosa no funcionaba, debían ayudarles a separase, la mujer se llevaba los hijos a otro matrimonio. Creo que en otras culturas asiáticas y del Pacífico (no estoy muy segura) también existían este tipo de formas sociales, no tan duras como casar a la gente desde niños, o sólo entre clase, misma nacionalidades y religión, hombre mayor que la mujer, todas construcciones lejanas al amor, para toda la vida..algo más constructivo que impositivo (sin idealizar, claro)etc.(ver Rougemont, Lévi-Strauss).
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Pero hoy no estamos en el Tawntinsuyu, y allí tampoco. El reto se centra en jugarse el propio modelo asumiendo sentimientos, limitaciones, presiones como también saltarlas, etc. etc... es una tarea!!! Pero, para mí vale más la pena que lo que la sociedad nos ofrece: una idea bastante borrosa de nuestras elecciones amorosas.
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Además, el amor incluye esta tensión, habrá que saber soportarla, no? O la sociedad sigue escogiendo por nosotros/as? Y, luego ponemos que otras sociedades son más atrasadas? Pareciera que el amor y el matrimonio son cosas muy distintas, qué paradoja! Tampoco aún entiendo porque tantas personas se casan si al año se separan como lo muestran las estadísticas del INE, es una pregunta que destapa una o varias tesis.
El Paíslink
www.elpais.com/articulo/sociedad/bodas/forzosas/salen/luz/elpepusoc/20101128/elpepisoc_2Tes
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