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Desde cualquier ángulo, o rincón, de esta sociedad se está mostrando que el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero además, con análisis cada vez más sutiles, con sesgos de todas formas, pero cada vez más evidenciadores de que ser mujer no se resume a la biología, ni a la maternidad, ni a una forma hegemónica y homogenia dibujada por una masculinidad. O de unas masculinidades en momentos pasados rígidos o, actuales de completa transición y reinvención de modelos frágiles. Cada mujer es más allá de todo esto. Es persona y se construye ella misma, nosotras mismas de forma activa y receptiva en planos de igualdad y conflicto también por ella. Resulta así un desafío no sólo individual, por eso, un planteo colectivo se le suma y mezcla en tensión.
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Los dolores se sienten tanto como las contradicciones y renuncias. Se ven y se perciben. Hay vida. Cicatrices de la lucha profunda de 2000 años de sumisión en la sociedad occidental y en otras también que se desmoronan a pasos de glaciar. No es una novedad. Ser objetos de reproducción y circulación aún hoy persiste en la concepción de ser mujer.
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El lenguaje, el idioma siempre resulta un espejo brillante del grupo que lo emplea para comunicarse para hacer y deshacer la realidad. El español tiene lastres terminológicos muy útiles para estudiarlos a fondo con una morfología que nos exponen la inclusión o exclusión de las mujeres continuamente en el discurso, en la vida social. Son importantes de analizarlos para reflexionar detalladamente. Sondear lo más sencillo de una presentación con nombre y apellido nos proporciona el recorre toda una historia social entre tanto como el género y número d euna palabra, el uso de adjetivos..etc.
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Los periódicos son la lectura más extendida de la lengua en el registro escrito, en uso y reglada que comparte cualquier comunidad alfabetizada. Los artículos que en estos días se publican abordan este tema. Os sugiero su lectura.
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Mi crítica está en considerar que una selva, en uno de ellos, sea evocada como metáfora del caos..esto sí es una paradoja. El seguir mencionando la selva en ese sentido. De esa forma nos muestra el plumero de como (se) piensa...pues una selva posee reglas y leyes infinitamente complejas las que al desconocerlas y apreciarlas nosostros como ausentes, nos manifiesta una gran prepotencia, escasa reflexión y poca flexibilidad clasificatoria. Con este rasgo de categorización también podemos hacer la analogía de las percepciones de la masculinidad sobre la feminidad como una selva a la que debe conocer antes de suponerla. Por eso, una de las críticas que le hago a un entrevistado estriba en la contradicción que deja ver. No obstante os invito leer el artículo y los 4 que le siguen sobre el idioma, aunque eso ya sea tan sólo para movilizar las ideas .
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