Muchas personas han experimentado alguna situación desagradable en su lugar de empleo, hace parte de lo normal y habitual, no es sorprendente. El caso está en su extensión, número y el esfuerzo sostenido del que lo padece para gestionar tal injusticia, por lo que por lo general acaba mal. Lo llamativo, hoy, es como se ha girado de una solidaridad social a una comida colectiva del otro, ya no del más débil, sino del que por la razón más arbitraria y contingente le toque porque se lo convierte en débil. No hacerse responsable conscientemente de la posición que se tome en esos ambientes es una forma automática de convertirse en cómplice de quienes maltratan.
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Este fenómeno, es un síntoma en verdad de nuestro tiempo que emana de su interconección con estructuras muy endogámicas no superadas, falsas jerarquías aún enraizadas en las construcciones sociales colectivas, conceptos de familia y feminidad ahogadores como binarios, los que enmarcan una frágil base económica que se retroalimenta de todo esto para perpetuar la explotación.
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España sigue siendo de la UE el país con salarios no sólo más bajos sino con una seguridad social á la cola de Portugal, Grecia e Italia, que poco se dice. Estos elementos inciden en formas de comportamiento ovejiles con la autoridad despótica y lobesco con el de al lado. Como en muchos aspectos de la actual situación española, todo se ha extremado por no haber salido de estos equemas y lazos enmascarados pero vigentes.Se habla sí del tema, elemento crucial para el cambio, pero a la vez es riesgoso si sólo queda en el comentario pues alimenta la banliazación de los hechos en sectores que sólo se benfician de discursos negativizadores de la sociedad.
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Lo ciero es que todo ello supone un principio de alienación para que pueda ser efectivo. Un narcizismo de grupo hace falta como ingrediente lo que ya nos dirige a la ausencia y hoquedad de sus miembros, algún aspecto de fijación con la madre internalizada en su psiquis, que aún no está demistificada, como un mínimo punto a reconocer, de tal modo que si no es se hace posible y así se perpetúa la alienación y sigue el mobbing.
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Para pensar la conjugación de aspectos intrapsiquicos, subjetivos, y sociales como se juntan y separan formando la cuerda de relación o estrangulamiento del otro.
*El País
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http://www.elpais.com/articulo/servicios/Pienselo/bien/usted/buen/mal/companero/trabajo/elpepueconeg/20080615elpnegser_1/Tes
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