Les pervers narcissiques, prédateurs impitoyables
He leído algunos libros que cita el artículo, también he publicado sobre el tema...
Dejar de ser no es la solución ni la protección de nadie, pues,
la fragilidad forma parte del ser.
El/la perverso lo sabe mejor que nadie porque él o ella lo es más que todos
aunque arrastre con la vida de otros.
Por eso no cuentan con mi piedad.
¿Son acaso figuras aisladas de una sociedad cualquiera?
Es tan dialectica su figura como su terminación.
Como diría Bourdieu, dónde está el eslabón entre individuo y sociedad
en este punto? Difícil dar respuestas.
La objetivación puede ser una opción para la salida con el precio ajustado
del abandono de una satisfacción patógena que se arrastra como un chicle
en el pie, de la ruptura del y con el espejo, de la caída de una autoimagen
que busca nutrirse del otro como de la teta como de la elaboración de la propia
historia.
¿Cuántas personas están dispuestas a trabajar así si además están enfermas?
La perversidad tiene grados, la culpa no es lo mismo que la responsabilidad,
la conciencia saca a la luz lo que a veces hiere la mirada cuando allí libera de la
enfermedad también en ese acto precisamente.
Un desafío más para todos y todas.
Le Monde
http://www.lemonde.fr/vous/article/2012/05/26/les-pervers-narcissiques-predateurs-impitoyables_1707925_3238.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario