Además, de toda esta parafernalia necesaria para cambiar el habitus social, más cosas se pueden hacer con las bolsas. Pues ellas en sí mismas, no son ni buenas y malas, sino lo que hemos hecho con ellas, al inventarlas como un continente frágil, hueco y destructivo por nuestra "idiotizante e hipnótica" identidad de consumo... resultan la metáfora de los vacíos que nunca se llenan, los que
tal vez no deberían llenarse nunca...A pensar qué hacer con las bolsas! y a hacer!!!...que muchos/as miran la luna.....
El País
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