domingo, 4 de julio de 2010

Alimentación - El salmón modificado


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Este art. es la prueba más clara de cómo nos comen el coco y de gencentrismo por un tubo!. Al punto que incluye análisis de las percepciones sociales sobre el riesgo. Esto último, muy estudiado por Beck, y por la Antrop. de la Alimentación con la salvedad que no los disminuyen ni los levantan sino que los estudian. No me gusta nada que además de tener un salmón transgénico a la plancha no tenga derecho a saberlo. Encima de haberme convertido en una consumidora la sociedad me pide y me conmina a no saber. Ya está bien!!!
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Ni Greenpeace, ni el último pescador Sami ni Inuit me metió el miedo y el disgusto hacia la comida de fábrica. Soy bastante adulta para exigir saber sobre lo que como. Es un derecho y una obligación.Esto cada día más se parece a un chip gigante que modela cerebros y prácticas sociales como mojarritas.
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Por otro lado, admito el disgusto que me da que le hagan clones a los salmones, animales bellos, libres, y que siempre nadan contra corriente, por eso su musculatura... Um! um! um! Tal vez hasta sea por eso que buscan transgenizarlos!!! No vaya a ser que se nos ocurra copiar a los salmones y, de pronto, por hacerlo nos volvamos más fuertes que el consumo imbecil en que nos han metido!!!
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Interesantes comentarios de las y los lectores
El País
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