jueves, 24 de enero de 2008

MIGRACIÓN y ALIMENTACIÓN - en el restaurante

Uno de los lugares de primer contacto para la persona que llega sea migrante, refugiado o turista son los resturantes, bares, panaderías y mercados. Espacios públicos (a veces no) en los que a través de los alimentos se entra en contacto, se quiera o no, con la autoctonía y ésta con el otro. Un otro a veces exótico, otras desconocido por completo, otras temido o admirado en silencio, otras como inmigrante según la noticia del día conceptualizado, y otras como turistas agradables que dejan dinero o entorpecen la venta con sus cámaras digitales. En el artículo, hablando sobre un bar-restaurante , allí sobre el menú que se despliega sobre la mesa la especularidad se destella con toda su fuerza para poner en, acuerdo o descuerdo, rasgos específicos de los alimentos que contrastan. Rasgos que provienen de marcos ecológicos distantes o cercanos, con estructuras y grámáticas culinarias, técnicas y trucos culinarios, status sociales y de género en juego distintos como singulares, estéticas cronometradas, etc. etc. El artículo descalabra varias representaciones sobre la migración senegalesa y a la vez refuerza la visión masculina del flujo migratorio de esta procedencia, que sí es mayoritario respecto de otros flujos. Vemos allí, en ese bar, como a partir de las reuniones diaspóricas, la comensalidad abre el interjuego de las relaciones sociales de la nueva realidad social que lo contiene y que dibuja el cada día no sólo del Estado español sino del mundo. Y, por sobre todo, como el título bien lo destaca, el migrar hoy en día es una acto tan común como confuso aún dado que las fronteras convencionales se han caído pero otras se han rigidizado mucho más aún con la ausencia de leyes que comprendan la nueva realidad en la acogida. CM
El País
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http://www.elpais.com/articulo/ultima/vecinos/van/vas/elpepuesp/20080125elpepiult_2/Tes

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