Quien busque la definición en la biología de parasitismo tendrá una metáfora exacta de lo que abunda...
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Resulta que trabajar de buenas a primeras se ha vuelto negativo en algunos ambientes. ..que si es weberiano, que sólo pensar en la productividad...
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Lo cierto es que los y las parásitas se saben bien el discurso, entonces quien les escucha, hasta se siente un poco incómodo/a de no haberse dado cuenta antes, haberse sumado a tan grandes justificativos para vivir del cuento...
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en algunos momentos, observo la falacia entre oposición catolicismo/protestantismo, en cuanto al valor del trabajo, salta y salpica.. su valor cobra posiciones según enuncie su significado, o como haya convencido en su ámbito de influencia su significado en una época en que oponerse no es frecuente, gritar sí, pero ser consecuente, no...tampoco es una cuestión de ricos y pobres, aunque la balanza tenga una clara inclinación...
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Lo cierto es que llevar adelante una etnografía del parasitismo, su impunidad, la mucha cara con la que se maneja podría ofrecernos datos sobre hábitos sociales, creencias, conflictos, supuestos cambios y transformaciones, del género, la vida doméstica más allá de las fronteras, las clases y las religiones...
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Observaríamos como se parasita para ocultar el vacío, la inercia, la falta de energía que va haciendo estragos en quienes lo ejercen, del mismo modo sobre quienes se ven parasitados..
Los y las parásitos no pueden intercambiar. Este aspecto es la señal fundamental. Un o una parásita te saca y no da nada. Para la Antropología es un dato fundamental, pues lo humano estriba en el intercambio. El parasitismo devuelve a la biología en su sentido más enfermo, el no intercambio, la succión del otro del modo que sea. Será la neoliberalidad que esparse la patología?
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Resulta que trabajar de buenas a primeras se ha vuelto negativo en algunos ambientes. ..que si es weberiano, que sólo pensar en la productividad...
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Lo cierto es que los y las parásitas se saben bien el discurso, entonces quien les escucha, hasta se siente un poco incómodo/a de no haberse dado cuenta antes, haberse sumado a tan grandes justificativos para vivir del cuento...
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en algunos momentos, observo la falacia entre oposición catolicismo/protestantismo, en cuanto al valor del trabajo, salta y salpica.. su valor cobra posiciones según enuncie su significado, o como haya convencido en su ámbito de influencia su significado en una época en que oponerse no es frecuente, gritar sí, pero ser consecuente, no...tampoco es una cuestión de ricos y pobres, aunque la balanza tenga una clara inclinación...
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Lo cierto es que llevar adelante una etnografía del parasitismo, su impunidad, la mucha cara con la que se maneja podría ofrecernos datos sobre hábitos sociales, creencias, conflictos, supuestos cambios y transformaciones, del género, la vida doméstica más allá de las fronteras, las clases y las religiones...
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Observaríamos como se parasita para ocultar el vacío, la inercia, la falta de energía que va haciendo estragos en quienes lo ejercen, del mismo modo sobre quienes se ven parasitados..
Los y las parásitos no pueden intercambiar. Este aspecto es la señal fundamental. Un o una parásita te saca y no da nada. Para la Antropología es un dato fundamental, pues lo humano estriba en el intercambio. El parasitismo devuelve a la biología en su sentido más enfermo, el no intercambio, la succión del otro del modo que sea. Será la neoliberalidad que esparse la patología?
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Me preocupa la abundancia de este modelo, aún más en sectores que se relacionan a la ciencias sociales.
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