No sé cual es la intención final de dar tanta caña con la genética, bueno, en parte sí, pues esa cosa tan determinista que pueda avalar cualquier apuesta del poder reinante para su hegemonía y que nadie la pueda cambiar, siempre la anhela, más aún la neoliberalidad, forma d eperpetuarse toda su literatura con frecuencia. Pero porque tanto ahora, me lo pregunto.
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El art. está mezclando planos, a lo largo y a lo ancho lo que no significa vincularlos desde una mirada que se reclame de la complejidad. Acaba siendo una juntadera de cosas que es distinto. Sólo una vez, duda de algo, y después, nombra a los antropólogos, incluso a Drawin, para argumentar comportamientos en el género y la seducción, los que como todo el artículo cabrían ponerlos, no tan sólo en duda, sino que bien podrían estar en una historia de ciencia ficción, estilo Farenheit, de Bardbury.
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Además, le suma ya otro artículo sobre la fidelidad que hace unas semanas había salido sobre unos topos más fieles que los humanos estudiados por unos cinetíficos suecos. No sé esto me hace pensar mucho acerca de que se busca contruir socialmente a partir del vínculo amoroso, con cambios notables a lo largo de toda la historia de la humanidad, que se busca al explicar estos vínculos de esta manera?
CMEl País
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http://www.elpais.com/articulo/sociedad/amor/quimica/algo/amistad/elpepusoc/20090118elpepisoc_2/Tes
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