En Alemania, hace un par de meses, una política anunciaba la necesidad de establecer siete años de máximo o mínimo, (vaya a saberse), para vivir en matrimonio reconocido por el estado. Se basaba en los cambios vertiginosos y la longevidad que no siempre contribuyen a la continuidad de las parejas. Aspecto que si somos sinceros, reina más, en las construcciones sociales tal idea de durabilidad, sobre la pareja conyugal, que en la práctica a lo largo de la historia. Incluso a veces sólo como un referente incómodo o de excepción, del cual siempre se salía alguna aventurilla omitida...
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En la televisión veremos un reality shaw , una naríz que se inmiscuye, incluso con psicólogos ( será que deberán salir en la tele para que muchas personas acaben de una vez admitiendo que no son superman ni superwoman y que necesitan perguntar a quien sabe o algo parecido)
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Por otra parte, encuentro los chusmeríos cada vez con mayor utilidad política y social que las palabras y discursos con profundidad. O bien, la vulgaridad ha crecido enormemente, o bien la perversión de los discursos muy "cultis" han cobrado dimensiones tan fuertes... que este tipo de programas se convierten en un modelo destacado como masivo de los craneos de las personas que desplazan o solapan otras instancias de reflexión. Todo para que además, aprendan sobre la vida en pareja, lo que abre otro interrogante, quién aprende qué de qué..caótica por cierto, no por los individuos , sino por los cambios que llevamos? O su ritmo y forma?
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Las lecturas de Giddens, "las transformaciones de la intimidad" y de Beck " El normal caos del amor" pueden resultar lecturas que iluminen parte de esos conflictos que no son tales, sino que se viven como tales..claro que con enfoques menos lacrimógenos que los reallitys shaws...
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Por otra parte, creo que además de una publicidad encubierta a la psicología, ciencia con la estoy en parte de acuerdo sólo, pero en otra no, pues no aborda, lo irracional y complejo. No lo considera, y en la paeja este lado es cabal obsrevarlo. También, no podemos obviar que estas programaciones nos hablan de una desvinculación muy grande en nuestra sociedad entre los sijetos, de relaciones tan débiles y alejadas, en las que nadie sabe nada de nadie, más que conjeturas. El día día no se sabe gestionar por un escenario que se muta también, por lo que además, la gente encuentra aspectos identificadores con este tipo de programación como una plancha a que agrarrarse...algo así como con los culebrones que cumplen una estructura ritual de proyección y tranferencia de frustraciones, ideales, aspiraciones, sentimientos, etc. pero que su cometido más importante resulta en sumir a la mujer en el rincón de la casa cada día a una misma hora...cuántas contradicciones!!!
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Quienes conocen las terapias de pareja, saben que es un trabajo distinto del espectáculo. Se armen ruidos y se rompan platos, no significa que todo quede allí. Una terapia de pareja, lleva a que cada uno vea lo que le pasa y empiece a ver ahí donde no se quiere mirar. Si se rompe o se transforma, a pesar de todo lo que duela, se crece.
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Existen profesionales que entienden bien si es la pareja, o quien es quien, donde caen los tantos, y sin la repetidora y cansina actitud culpabilizante que todo lo frena y deja como está. La terapia d epareja responsabiliza. Debe ser por eso que mucho prefieren el teatro del rallity shaw. Un ingrediente destructivo, repetitivo, y contradictorio flota en los discursos que dicen querer arrglar los llamados problemas de pareja. ¿Cuáles son los problemas? CM
El País
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http://www.elpais.com/articulo/gente/Divan/catodico/parejas/crisis/elpepugen/20071106elpepuage_8/Tes
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