Una conocida marca de belleza surgía con fuerza por los 80, porque su inventora, una socióloga inglesa había comprobado que todas las marcas estaban destinadas al sólo escueto 3% de la población mundial femenina. Era el número que sólo satisfacía el "ideal de belleza". Resultó tan polémica su denuncia como exitosa su empresa, pues hoy reune más de 1500 sucursales en el mundo que venden sus productos después de haber nacido en un cubículo de un barrio londinense.
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¿Golpe de suerte? Sabemos que no.
Estaba en lo cierto, había visto el delirio de los "ideales de la belleza", sus otras caras y lo invisible...
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Este fenómeno se repite continuamente, por lo que hoy, sin hablar del 3%, otra vez como si de la Santa Trinidad se tratara, se cae en tres formas posibles la corporalidad femenina española: cilindro, campana, diábolo...(esta última palabra con el agregado fonético del maligno, tan asociado a la feminidad desde el Antiguo Testamento)...lo cierto es que con el más estricto sentido religioso, hablar del cuerpo hoy es un tema infaltable. Ya sea del propio o de la vecina. Las burcas invisibles de occidente se materializan de este modo, tal y como la entrevistada nos cuenta, a modo de rabieta (porque está muy protegida) lo que verdaderamente es una pasarela de modas, o en lo que llegó a convertirse: las líneas del circo de la mercadotecnia. Las mujeres no nos ponemos ropa hace años, nos colgamos marcas, rectas y curvas indicadas sobre cuerpos comprimidos en nombre de la belleza, la salud y la libertad...CM
El País
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http://www.elpais.com/articulo/ultima/campana/diabolo/cilindro/somos/objetos/elpepugen/20080212elpepiult_2/Tes
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