Mujeres, existimos? ¿Aubry vs. Segolene?

Es notorio cuando en una sociedad las mujeres tienen un rol protagónico hace mucho tiempo, como en Francia. Gracias a una mujer allí se tiene una jornada laboral semanal más corta, pero

además, puede oponerse a otra mujer de gran trayectoria política sin que sea un gallinero público.

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Anhelo que eso pase aquí algún día también, donde todavía pareciera que haya que celebrar que una mujer ocupe lugares de poder político.

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¿Por qué?

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Hace falta aún un recorrido más intenso, menos superficial, sin tanta euforia, con la profesionalidad que lo exige para que las mujeres ganen un lugar de respeto de la sociedad en conjunto, pero mucho más por sí mismas, que por lo que ésta le dé.

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Y eso, más allá de los modelos de feminidad diseñados por los hombres, - tan internalizados todavía hoy en día, con tanta vigencia (madre, virgen o p...) incluso, bien maquillados de rasgos progresistas, pero al rascar un poco todo se cae en violencia de género, eterna insatisfacción femenina, rivalidades absurdas, baja o demasiado alta auotestima, binarismo maniqueo.... Pues, mientras una mujer siga viéndose por las lentes masculinas de la sociedad o del que tenga cerca, sin haber creado un modelo propio, dependerá irremediablemente de un hombre, o de quien sea, y su autoestima y valoración, subirán y bajarán como un flotador, porque aún no se reconoce, no sabe quien es, no se hizo así misma. Por llevar faldas no se es mujer.

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(En este país pondrá como lectura de secundaria a Collete Dowlling)

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Todavía falta tiempo para incorporar a la vida cotidiana política española modelos propios de feminidad, se está empezando porque, en el día a día, tampoco hay muchos. 40 años de franquismo+ varios años de gobiernos autonómicos monolíticos y largos, tan patriarcales, más una acomodación lamentable, de muchas mujeres, consciente o inconscientemente, colgadas de un falso bienestar material que se les prometió como libertad y liberación en la transición, a estos modelos por inercia, sin elaboración de su posición y otras tantas razones muy largas de explicar...hacen que aún falten generaciones que entren en el conflicto ineluctable, frente al caudal de naturalizaciones atribuidas sobre ella, más construcciones en que se la acepta para generar, si lo desea, un modelo propio de feminidad, que tampoco sea agresiva, sino real, no hueca o sumisa, repetitiva, calcada casi ( como veo día a día).

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Francia, llena de contradicciones, al menos,hasta una crisis política interna dentro de los socialistas puede darse como lujo de vivir porque tiene otra historia. Celebraré que eso pase aquí algún día. Veo con buenos ojos la crisis interna del partido socialista, un acto de madurez social y política que, además, se hace público dentro de un mismo bloque partidario.

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Por aquí, sólo conocemos la confrontación de ese estilo entre hombres y las mujeres perteneciendo a bloques distintos, y si es en contra de lo que dice otra mujer, por lo general, es un hombre que lo expresa en el mismo bloque, obsérvese. Por eso, Zp y su equipo, a toda pastilla tratan de movilizar mujeres, para arriba y para abajo, porque esto ya apesta de protagonismo masculino hasta cuando habla una mujer, y más cuando se ven los contrastes con la UE, esto sea abierto como enmascarado, una feminidad tan rígidamente diseñada, con escasa variedad de modelos sociales privados, públicos, profesionales, etc. todos diseñados por hombres. CM

El País
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