viernes, 26 de diciembre de 2008

Pensamientos sobre el potlach navideño y la tele

Varios amigos se han sentido un poco colgados en estas fiestas, otros, presionados con tanta celebración...No podía ser de otra manera, en un país en el que el binarismo del extremo domina las acciones ritualizadas - lo cual profundiza las contradicciones - Cabe señalar que la celebración como objeto es uno de los dominios nacionales y más los navideños.
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Yo dormí muy bien, charlé con algunos amigos por teléfono y en la calle y me llené de películas en la tele de brujas buenas y malas, duendes, buhos, troles, escobas voladoras y claro, Harry Potter! A diferencia de otros años, hubo menos películas religiosas que ocuparon la programación y más de magia transformadora. Interesante cambio, será por la crisis?
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Ahora, en unos días, toca el ritual del paso del tiempo después del de circulación de cosas entre personas. El tiempo que se acumula, año a año, para ver esas cosas circuladas o en vías de, a partir de un tajo en papeles, pasteles, con tragos distintos...que marcan el recorrido entre el antes y el después colectivo para ordenar un poco, aunque sea, nuestras vidas en sociedad.Pero, cómo se ordena?, si es que es la palabra adecuada, el tiempo nuestro, el de cada uno? ¿Qué relación tiene el supuesto tiempo social con el individual?..that is one of the questions!!!

1 comentario:

Carlos Javier dijo...

Hola Cecilia, este post deja al final un interrogante difìcil de dilucidar, segùn se mire. He notado un guiño a Malinowski al hablar de la circulaciòn de presentes, puedo estar equivocado, faltarìa màs. Tu post me remite, como en otras ocasiones, a otros referentes que alejados de la ciencia hablan, casi con màs consistencia que muchos tratados pseudocientìficos. Javier Lostalè dice, haciendo menciòn al tiempo personal, en una parte de un poema suyo lo siguiente:"Sabemos que el tiempo es un impulso transparente de voces y rostros que tenemos que ir amaneciendo desde nuestra primera soledad, aquella que es espejo de un mundo aùn no empañado por el aliento impuro de algunas palabras, ni por el engañoso calor de algunos besos. Lo sabemos, pero habitamos las horas como si alguien que no fuèramos nosotros, sino un extraño, hundiera sus pisadas en el suelo blando de las mentiras y alcanzase con sus manos el humo sòlo del callado arder que da consistencia a lo vivo (...)" Desde luego que hablar de tiempo lleva aparejado tambièn un rito de paso y de lìmite o umbral, ahì està van gennep...

Un cordial saludo